LA CREACIÓN Y LA TÉCNICA DEL ABALÁKOV
Fue inventada por el hermano mayor Vitali y ayudado por Yevgueni Abalakov, que revolucionó la escalada en Rusia y posteriormente a nivel mundial, en la actualidad la técnica se utiliza en doble, horizontal y vertical para mayor seguridad, y se usa para poder anclarse o para crear una vía de descenso (rapel) cuando el escalador no encuentra cerca ningún anclaje fiable o carece de tornillos de hielo, etc.
Además inventaron: las mochilas con estructura rígida, las camillas para rescate, los primeros esbozos sobre las levas mecánicas (Friends), aparte de prótesis para deportistas amputados, y muchos otros inventos
LA HISTORIA DESCONOCIDA DE LOS ALPINISTAS SOVIÉTICOS
VITALI & YEVGUENI ABALÁKOV
La pronta muerte de los padres obligó a los dos hermanos a criarse en la ciudad de Kanoyarsk, dividida por el río Yeniséi, en la zona sur de Siberia, junto a su tío Iván Abalákov. Los Abalákov fueron considerados enemigos irreconocibles del pueblo por representar todo aquello que los bolcheviques querían erradicar de la extensa Rusia. Una noche de eterno invierno siberiano, unos policías del pueblo llamaron a la puerta (en los sucesos revolucionarios que acontecían en el país desde 1917) y con unos porrazos abrieron la puerta de la familia Abalakov para detenerlos la que fue la pesadilla comunista. Los hermanos Abalakov se escaparon por la montaña gracias a sus conocimientos sobre alpinismo llegaron a Alemania y Austria.
El primer gran fracaso de los hermanos Abalákov se produjo escalando el Khan Tengri, situado en la cordillera Tian Shan, en la frontera entre China, Kazajistán y Kirguistán. Esta subida causó la muerte de un miembro de la expedición y le costó a Vitali cuatro falanges de sus manos, ya inservibles cuando lograron llegar al campamento.
El desastre de Khan Tegri supuso un duro golpe para los hermanos, especialmente para Vitali, que abandonó la montaña y aplicó sus conocimientos de ingeniería química en la fabricación de prótesis que mejoraron la situación de aquellos a quienes, como él, la montaña había arrebatado algún miembro. Justamente, en la fábrica se encontraba cuando agentes de la NKVD lo arrestaron. Corría el año 1937, encuadrado históricamente en la época del gran terror y las grandes purgas estalinistas; un compañero de alturas le acusó de reaccionario y espía del capitalismo, es decir, un traidor a la causa del pueblo en toda regla. Vitali fue sometido a todas las torturas del momento, hasta que su cuerpo no pudo soportarlo más y, según afirma el autor del libro, aceptó la falsa declaración de culpabilidad previamente pergeñada por los agentes de la NKVD: “En la época de las purgas estalinistas, ser una persona reconocida como los hermanos Abalákov era muy peligroso. Se desconoce por qué Vitali fue encarcelado y su hermano Yevgueni, no; es curioso que no pidieran a Vitali que inculpara a su hermano. Mientras Vitali sufría en Lubianka, su hermano continuó con su pasión en las montañas del Cáucaso, pues ese año no hubo grandes expediciones a los países de Asia central. Yevgueni siguió escalando y 11 años después del encarcelamiento de Vitali, en 1948, Yevgueni apareció muerto en el baño de la casa del doctor Belikov, la versión de su familia es que fue asesinado. Estoy seguro de que no fue así, aunque su hijo defendió la versión del asesinato. Esta paranoia es entendible, la NKVD asesinaba sin dejar rastro; además, a los rusos les gusta mucho las historias de crímenes y complots, asegura Cédric Gras.
DURO GOLPE PARA EL ALPINISMO SOVIÉTICO
La muerte de Yevgueni fue un duro golpe para el alpinismo soviético, él era el gran héroe de las montañas, había entre los alpinistas una sensación de orfandad que el hermano mayor tuvo que suplir con su fervor comunista y su ingenio. Vitali escalaba ocasionalmente, pero continúo preparando a futuros escaladores en campamentos, continuó diseñando artilugios y escribiendo manuales de escalada, que conformaron su canon del escalador soviético.
El monte Everest ofreció resistencia a los hermanos, recién el 4 de mayo de 1982 una expedición de soviéticos lograron cumbre. En los años 60, se produjo el divorcio del comunismo chino-soviético. El paso del norte quedó vedado para los alpinistas soviéticos; tenían que pedir permiso a Nepal, pero la burocracia era muy lenta, y mientras esto ocurría los soviéticos perdieron interés por el alpinismo como disciplina. Además, el Everest estaba muy solicitado y otros escaladores de otras nacionalidades ya lo habían conquistado. Sin embargo, los escaladores soviéticos que lograron ese hito fueron recibidos en la URSS como auténticos héroes. En la comitiva que los recibió, se encontraba un Vitali ya mayor pero robusto. Murió cuatro años después a la edad de 80 años, con el gusto de saber que al menos entre ese pequeño grupo marginado de alpinistas, sus proezas y sus inventos habían contribuido en el esfuerzo soviético de tocar el techo del cielo.
Libro de Cédric Gras (Editorial Crítica).